-La sucesión es, empezando
por el I, tomado como hipotética referencia, y leído de
izquierda a derecha, I, V, II, X, XII, VIII, IX, XI, IV, VII, VI, III,
lo que parece, a todas luces, absurdo.
-Lo sospechaba. En absoluto es un reloj, ni de sol ni de nada. Tan
sólo representa los números del 1 al 12 en
sucesión desordenada.
-¿Cómo podemos estar seguros de que las posiciones no han variado a lo largo de los años?
-Los documentos a que he podido acceder parecen indicarlo. Pero en
cualquier caso no tendría importancia. Sin embargo, es
sospechoso que la sucesión no tenga una lógica, un
orden...
-¿Y si obviamos conocer el orden?¿Y si no hay
ningún orden? Una clave de, pongamos, una caja fuerte es una
sucesión de números sin sentido.
-No. Se suele utilizar algún tópico, algún
significado,... una fecha, un número conocido, algo que facilite
su reconstrucción en caso de pérdida u olvido. O que
permita no tener necesidad de apuntarlo, es decir, dejar un documento
escrito.
-Una fecha tampoco es ¿O sí?
-152101289114763,... tampoco parece un número de
teléfono. Además, los números de dos cifras tienen
mal encaje. Para reproducir una fecha son necesarios un máximo
de ocho dígitos, en general menos. Tenemos 12 ó 15
según consideremos los dígitos de dos cifras. Sobran
dígitos.
-No para una cuenta de un banco en Suiza –aventuré,
influido por lecturas recientes. Eugène no me hizo ningún
caso.
-Un dodecágono... Es una figura compleja, que representa un distribuidor muy complejo...
-Un número de teléfono tampoco es. No creo que valga la
pena marcar, para ver si contesta alguien –En realidad, lo estaba
haciendo, pero el teléfono no permitió introducir todas
esas cifras. Por suerte para mi tarjeta pre-pago- La verdad es que me
aburren los juegos matemáticos.
-Déjalo. Se lo pasaremos al doctor y su equipo, que disfrutan con estas cosas...
-De acuerdo –dije convencido.
A decir verdad se me habían ido quitando las ganas de bromear.
(...)
-El doctor creyó haber encontrado una pista que se
ajustaba a la sucesión. Un curiosos orden; pero ha resultado
incompleto:
Aún así, se podría modificar la sucesión
para que se ajustara a lo deducido por el doctor, suponiendo que
sí que se variaran las posiciones. Su hipótesis es: 5, 4,
10, 12, 2, 9, 8, 11, 6, 7, 3, 1, en lugar de la recogida por nosotros
5, 2, 10, 12, 8, 9, 11, 4, 6, 7, 3, 1...
-Parece igual de absurdo. ¿Por qué se inicia en cinco, en lugar de en uno?
-Espera. Las variaciones son 4 por 2, 2 por 8, 8 por 11, 11 por 4, 6
por 7, y 7 por 6, en total seis discrepancias, que no son sucesivas
porque lo lógico, en caso de alteración accidental,
hubiera sido 4 por 2, 2 por 4, 8 por 11 y 11 por 8, por ejemplo. A no
ser que realmente se insertaran sin ningún orden...
-¿Cuál es el orden?
-Según el doctor, resultaría una broma muy curiosa,
aunque las discrepancias son sospechosas: Se trata de un orden
alfabético.
-¿Cómo?
-Sí. Por eso el primer número es el cinco, por la
“c”, no el uno que, de hecho, pasa a la última
posición,`por la “u”.
-¡Qué estupidez!
Ella no hizo ningún caso de mi comentario. Parecía
ensimismada en forma enfermiza. Sin embargo, a pesar de mi
manifestación yo lo encontraba más ingenioso que
estúpido: Era el tipo de trampa que despistaría a un
matemático; ella seguía a lo suyo...
-Pero no encaja del todo...
(...)
El texto fragmentario -con algunas suposiciones intercaladas-, que el
doctor manejaba, utilizando las claves a las que llevaba la
sucesión numérica adquiría, sin embargo, una
sospechosa coherencia. Aunque el significado práctico del
resultado, más allá de lo literario, se me escapaba.
La traducción libre del doctor tenía un aspecto
igualmente oscuro, inconexo y con evidentes lapsos que él
había intentado rellenar:
“La marca se revela (...) el día más corto del año.
La marca indica la corrección necesaria (...) en un único ángulo posible (...) bajo la diosa.
La puerta (aparece) al ser invocada (...) tiene efecto parcial, selectivo, discriminatorio.
Los minerales, las piedras, no se verán afectados, aunque
cambien sus (propiedades atómicas), (...) en una
operación alquímica. No (les afecta) en su
geografía, en el espacio, (...) sí en el ángulo
temporal. En su (¿spin?).
Los seres vivos se ven (afectados) en ambos sentidos. Se (produce un)
desplazamiento (de tipo) cuántico, (...) velocidad superior a la
de la luz, (...) desplazamiento geográfico y temporal, (...) por
un cruce de convergencia.
(Tanto) en personas como en animales, (...) producen cambios en la
organización cerebral, (...) lo que resulta peligroso. De estos
cambios, voluntarios o no, defectuosos, proceden los “extraviados
en el tiempo”, ¿X = J?, que no poseen control absoluto
sobre el cambio, entran, salen, interfieren con la realidad recurrente
y provocan accidentes y desapariciones. Su (espíritu) se vuelve
malvado interiormente, debido al rencor por su situación, aunque
a la conciencia sólo asoma la maldad, mientras que su
(inconsciente) les oculta la causa.
La maquinaria (...) corregir las paradojas temporales que se producen.
Aparentemente, el tiempo “discurre”, pero cambia su
ángulo de inflexión sobre la (“realidad”) en
un espacio limitado, para eludir el (“efecto mariposa”).
Los desaparecidos se borran incluso del recuerdo”.
No me gustaba cómo sonaba todo eso. Como literatura, resultaba
siniestro. Sinceramente, esperaba que el doctor estuviera equivocado,
pero no me atreví a comentar nada...
Su interpretación, además, me parecía arriesgadamente caprichosa.
Un archivo olvidado, de los que había traído el doctor en
un CD que luego se llevó, quedó sin embargo
“pegado” en “mis documentos”.
Le eché un vistazo distraído cuando se marcharon; sonaba a más de lo mismo:
“Cuando se alza la mano de la diosa: A su través se genera la Puerta.
Como el arco iris, su fluctuación es la prueba del acuerdo con los dioses.
(...)
Las Claves para encontrar el camino son gracia de la diosa.
La diosa se llama...”
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