Sereira:
La mano de la diosa
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Sereira: La mano de la diosa / Elturiferario ©

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CAPITULO XLIV

¡La física cuántica es algo doméstico!

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-Haz el favor de mirar en la base de datos: ¿Te suena Juan T. Volta?.

-Espera un momento, ...sí, claro,... ¡no!
-¿Sí o no?
-Un momento, que esto parece que se ha bloqueado...
-¡No jodas!
-Ya vuelve... Aquí no está. Me había parecido...
Sobre la pantalla del ordenador una interferencia en forma de línea blanca que atraviesa lentamente la pantalla, de abajo arriba, actualiza los nombres,... y los recuerdos.
-Debe ser alguna confusión. Ha llegado un correo con un texto –Ángel agitaba despreocupadamente un disco compacto metido en un sobre de correo abierto-... no sé, me sonaba familiar, pero si dices que...
-Vamos, Ángel, estos chismes no se equivocan.
-¡Y una leche! Bueno, lo pasaré a Gema, de todas formas. Aunque, sin referencias, no creo que llegue a ser evaluado por los correctores,... ¿Juan...Volta? ¡Que vuelva a escribir!
-Se te ve alterado: ¿Habéis vuelto por el ginecólogo?
-Marta no quiere. Está desmoralizada. Habrá que esperar.
-Paciencia.
-Si consiguiéramos sacar adelante la inseminación, me gustaría que fuera niña, me gusta Brigitte,... como este remite. Por eso pensé que me sonaba...
Él había asumido su incapacidad para engendrar; a ella parecía que le faltara algo: No se resignaba a gestar el hijo de un desconocido. Eran ya más de dieciocho años, (la edad de Gema). Su paciencia se agotaba, pero no se decidía a pedirle a él el divorcio; era como dejarle tirado.
Si las circunstancias, los factores, hubieran sido otros,... un mínimo cambio...


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Juan Antonio Pizarro Martín ©