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Rana verde.

rana verde

Había una rana verde
entre la ova, en una charca,
 más allá de La Flamenca,
junto al prado de las vacas.

Se enamoró de un ranito
con pintas verdes y azules,
y la barriguita blanca.

Con él, se bajó hasta el río
un lunes por la mañana,
pues les parecía de pobres
hacer su vida entre espadañas.

La avispa amarilla y negra
vestida con muchas rayas,
fue a libar en una rosa,
hija de un rosal de vara.

Pero se tuvo que ir,
porque la echó por las malas,
 una mariposa azul,
con lunares en las alas.

Una mariposa joven
hacía burla de un pato,
desde las ramas de un sauce
verde, y con el tronco blanco.
Se puso tan enrrollada
y los ojos tan adormilados,
que se la merendó sin pereza
un zorzal de color nardo.
Te bañaste en el río
frente a la Barca de Añover.

Como estaba el agua fría
te quiso morder un pez.

Y estabas tan rebonita
con el bikini amarillo,
que el pez, se escondió en la ova,
y se dispuso a esperarte
para el próximo domingo.

Te  plantastes  a pescar
en la vuelta del Castillo,
y picó el anzuelo un barbo
de lomo marrón y amarillo.






Como se quería largar,
tiraste con tanto brío,
que saltó hasta Pabellones
sobre las ramas de un tilo.
Te aplaudieron cuatro niñas
que estaban saltando a la comba,
en la Casa de Marinos.

corro de la patata

Antonio Pizarro Luna. 1983.


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Poemario VII


John Lennon.

John Lennon

El pensamiento, ha de ser
siempre libre, independiente.
Si se le somete a normas,
se difumina y se pierde.


La música y la escritura,
son, en sus formas diversas,
pilares de la Cultura,
mas bellas, cuanto mas libres,
si más sinceras, más puras.
 

Ponerle puertas al campo
oficio es poco rentable;
la 0presión del pensamiento,
aunqe triunfe a corto plazo,
nunca dura, no es estable.


La tiranía y la locura
son, las formas más constantes
en el odio a la Cultura;
Beethoven, Goya o el Greco,
García Lorca y Galileo,
poetas e innovadores,
envidia o muerte sufrieron
de quienes son inferiores.


Ayer, un loco homicida
asesinó a John Lennon,
fué un sembrador de alegría,
por él, vaya esta oración.
 
AL DIA SIGUIENTE DE LA MUERTE DE JOHN LENNON. 

Antonio Pizarro Luna. 1980.


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Poemario VIII


Para Patri "el Pela".

Vega de Aranjuez

Has tirado de azadón,
con poder y coraje, con esmero;
de tu querer, orgulloso y fanfarrón,
aspirabas a ser un campeón,
y no perder el puesto de primero.
 

De Pepe Vergara y otros,
parejo y compañero,
ganarte buenas primas,
no era solo deseo por ambición,
también deber de padre y buen obrero.
 

Picar zanjas, afanar con hormigón,
hablar de fútbol entre ladrillos y maderos,
discutiendo con rabia y afición,
te dejabas la pellica día por día,
marcando remolacha, cortando repollos,
para llevar a tus hijas pan y bollos,
y una caña para ti, si el cuerpo lo pedía.
 

No sé si lo recuerdas, !Pasaron tantos años!
sacando tierra en el depósito del pozo,
en la MAFE, pero con sudores, cardos y abrojos,
te enterraste, gracias a Dios, sin daño,
pero el susto, no fue cosa de gozo;
dejar de respirar, a nadie le hace apaño.

Del Rebollo hasta Matalauguilla,
Las Infantas, Tejeras y El Corijo,
bebiendo agua refrescada en el botijo,
con la planta de alcachofa y el fresón,
(No me lo ha contado nadie, que lo he visto yo)
sudaste la camisa y camiseta,
para ganar la morterá en pesetas.

Aquello, pasó y se fue,
y ahora, ¿Como lo ves, colega?
Donde el Cano, te veo con frecuencia,
en El Gato y el Hogar, le das a la cerveza.
Pues vale, tío, disfruta lo que puedas,
no mola arrinconarse con pereza;
y si lo digo con algo de torpeza,
de voluntad, ya sabes; !Lo que quieras!
 

PARA PATRI EL PELA, QUE LO LEA Y LO CONSERVE SI LE GUSTA.

Aranjuez 23 de julio de 1991.

Antonio Pizarro Luna. 1991.


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Poemario IX


En la dulce atardecida.

Río Mesa

En la dulce atardecida,
por las orillas del Mesa,
río chiquito, pero viejo,
mi alma vieja, adormecida,
se fue a buscar el silencio.
No lo encontró‚ ni lo tiene,
la Natura, el Universo.

Canta su alegría el agua
sobre las piedras del lecho.
Las espinas de las zarzas
gimen, arañando el viento;
y las ramas temblorosas
del chopo de plata enhiesto
son cuerdas de un arpa antigua
tañidas por aire fresco.

En el risco, las sabinas,
el tomillo y el romero,
regalando su perfume,
son refugio del mochuelo,
que aparentando llorar
con mallido lastimero,
tiene ánimo de cazar
gris ratoncillo campero.
Se encuentra combate y lucha,
pero aun existe el silencio.

La roca, rojiza, eleva
altos peñones y cerros,
con figuras de gigantes
que, al mirarlos, causan miedo.
Mortal para el viandante
el menor derrumbamiento.

Están la Vida y la Muerte
presentes, al mismo tiempo,
siendo polos de equilibrio;
latido, música y eco.
La Creación, no termina,
ni hay soledad ni silencio.
Porque no existe la Nada,
ni existe el vacío completo.

El sucio algodón de niebla,
ceniza húmeda en suspenso,
como espíritus en pena
bailan, entre tierra y cielo.
Después, cuando sean lluvia,
volverán a caer al suelo.
Serán agua, serán río,
vapor, que sube de nuevo.

Cuando un ciclo se termina,
otro, le viene siguiendo.
Nací, fui joven, y ahora,
ya me voy sintiendo viejo.
Y sin compañía humana,
no sé decir, pero siento,
que cuando ya esté podrido
y no sea mío mi cuerpo,
mi espíritu vivirá,
porque es parte de lo Eterno.

Paseando por la orilla del río Mesa en la anochecida del  12-XII-1991 en Jaraba (ZARAGOZA) merecí el primer premio del concurso en el balneario Sicilia. 

Antonio Pizarro Luna. 1991.


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Cosas del balneario y mías.

Jaraba

Sicilia, hotel y balneario
a orillita del río Mesa.
Escondida, y tan hermosa
ribera entre rojas peñas.

Está en lo abreste del campo
la más natural belleza.
Y la Virgen de Jaraba,
en la entraña de las piedras,
da espiritual calor
para el agua de las termas.

Después de tomar los baños,
yo, no sé que tal irá,
pero que esto es divertido,
nadie me lo negará.

Despiertan, de madrugada,
por llamadas telefónicas,
y ¡¡ hala !!, a meterse en el agua
igual que harían las focas.

El agua de san Vicente
sustituye al Cariñena y Rioja;
pero hay en el Bar botellas
donde tomar una copa.

Petanca y paseo son sanos,
parchís y cartas, normal;
pero como al Precio Justo
todos dicen ¡¡ a jugar !!

Las señoras, con Rubí,
lo pasan como un usía;
es culebrón conocido,
que durará tres mil días.

El agua caliente, sube

la tensión y los colores,
La roca, rojiza, eleva
altos peñones y cerros,
con figuras de gigantes
que, al mirarlos, causan miedo.
Mortal para el viandante
el menor derrumbamiento.

Están la Vida y la Muerte
presentes, al mismo tiempo,
siendo polos de equilibrio;
latido, música y eco.

La Creación, no termina,
ni hay soledad ni silencio.
Porque no existe la Nada,
ni existe el vacío completo.

El sucio algodón de niebla,

ceniza húmeda en suspenso,
como espíritus en pena
bailan, entre tierra y cielo.
Después, cuando sean lluvia,
volverán a caer al suelo.
Serán agua, serán río,
vapor, que sube de nuevo.

Cuando un ciclo se termina,
otro, le viene siguiendo.
Nací, fui joven, y ahora,
ya me voy sintiendo viejo.
Y sin compañía humana,
no sé decir, pero siento,
que cuando ya esté podrido
y no sea mío mi cuerpo,
mi espíritu vivirá,
porque es parte de lo Eterno.

Paseando por la orilla del río Mesa en la anochecida del 12-XII-1991 en Jaraba (Zaragoza) merecí el primer premio del concurso en el balneario Sicilia.

Antonio Pizarro Luna. 1991.


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